¿Tus verduras tienen un aspecto algo triste? ¡No las tires! Transfórmalas en un delicioso crumble salado. Este plato es una excelente manera de evitar el desperdicio alimentario mientras disfrutas de una receta reconfortante y crujiente. Inspirado en la versión dulce, este crumble sustituye el azúcar por parmesano y combina a la perfección con tus verduras favoritas. Prueba con calabacín y queso de cabra, tomate con hierbas aromáticas o una cobertura crujiente de nueces y avellanas.
Ingredientes
- Verduras que tengas por casa (restos o poco estéticas)
- 100 g de mantequilla
- 75 g de harina
- 50 g de parmesano rallado (o un queso local similar)
- 1 cebolla (opcional)
- 1 diente de ajo (opcional)
- Sal y pimienta
Pasos a seguir
- Precalienta el horno a 180 °C.
- Pela y cocina las verduras, ya sea en agua hirviendo o en una sartén. Sazónalas al gusto. Para un extra de sabor, puedes saltearlas con ajo y cebolla.
- Prepara la masa del crumble mezclando con las manos la mantequilla en dados, la harina y el parmesano hasta obtener una textura arenosa. Añade una pizca de sal y pimienta.
- Coloca las verduras cocidas en el fondo de una fuente para horno.
- Espolvorea la mezcla de crumble por encima, cubriendo bien las verduras.
- Hornea durante unos 20 minutos, hasta que la superficie esté dorada y crujiente.
- Sirve caliente y disfruta.
Este crumble salado es ideal para dar una segunda vida a verduras que quizás habrías descartado. Mezcla lo que tengas, experimenta con hierbas y quesos… ¡y disfruta de un plato tan sostenible como delicioso!
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