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El viaje de la naranja

Evaluando el impacto del ciclo de vida de una naranja.


El cambio climático – en gran medida afectado por las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) – es una realidad que amenaza tanto a comunidades como a sectores vulnerables en todo el mundo. Entre ellos, uno de los más afectados no es otro que el sector agrícola y, con él, la seguridad alimentaria a escala global, regional y nacional.


La producción de alimentos representa más de una cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Aunque es inevitable que produzcamos estos alimentos para consumirlos, siempre será posible hacerlo de una forma más sostenible y menos agresiva con el medio ambiente. Si, como consumidores, queremos contribuir a que se adopten este tipo de modelos,  necesitamos alternativas de compra viables, accesibles y transparentes en el impacto que nuestras decisiones están generando.  


Con la intención de ofrecer esta alternativa a CrowdFarmers – no solo una alternativa de compra más justa y sostenible, sino también una que ponga en números su impacto – durante 2022 decidimos realizar un estudio para cuantificar el impacto real del modelo CrowdFarming en términos de huella de carbono y desperdicio alimentario. En el estudio se tuvo en cuenta el recorrido de la naranja desde su producción en finca hasta el hogar del consumidor, comparándolo con la cadena de suministro de alimentos ecológicos de los supermercados.  Para ello, empezamos, por supuesto, con uno de nuestros productos estrella y con el que empezó todo: las naranjas.

Al elegir productos ecológicos con menor huella de carbono y menor desperdicio alimentario, los consumidores —CrowdFarmers— se convierten en parte activa del cambio hacia una cadena agroalimentaria más justa y sostenible. Sin embargo, esto no significa que todos los resultados sean favorables para CrowdFarming. Este estudio también nos ha servido para detectar dónde tenemos margen de mejora y ponernos manos a la obra.



El estudio

Para esta iniciativa se ha contado con los servicios de la consultora especializada Hands On Impact, quienes se han encargado de dirigir el estudio y modelar el viaje de 1 kg de naranjas producidas en Valencia (España) hasta que llegan al domicilio del cliente en Berlín (Alemania).

Para medir el impacto del CrowdFarming, se tuvieron en cuenta dos categorías: a nivel medioambiental, con la huella de carbono como principal indicador en kg de CO₂ emitido —, y del desperdicio alimentario – expresado en kg de alimentos desperdiciados.


Los escenarios

Consideramos dos escenarios, junto con sus categorías y etapas de impacto (Figura 1): el escenario CrowdFarming y el escenario supermercado, con el propio supermercado como principal punto de contacto del consumidor.

Figura 1. De A a F, etapas de la cadena de supermercados en marrón. De A a D, etapas de Crowdfarming en verde y naranja.


Escenario de supermercado

El primer paso se trata de una finca ecológica estándar, para la cual se tomaron como referencia datos de estudios científicos, contrastados con otros procedentes de asociaciones profesionales de producción ecológica (Ecovalia, 2022).

Tras la cosecha, en este escenario, las naranjas de la finca son transportadas al centro de postcosecha, donde el producto puede permanecer desde 4 días hasta 2 meses conservado de forma artificial, según los estudios consultados. Aun así, para este modelo únicamente se ha tenido en cuenta un periodo de 15 días de almacenamiento en cámaras de refrigeración. 

Desde el centro de postcosecha y tras un cambio de transporte en Frankfurt (Alemania) a vehículos más pequeños, el producto se distribuye a los almacenes del supermercado, en este caso estudiado, ubicado en Berlín. El viaje llega a su fin cuando el consumidor se desplaza al supermercado para realizar la compra y las naranjas llegan a casa.


Escenario de CrowdFarming 

El punto de partida es una finca ecológica estándar, por lo que se ha tomado como referencia el mismo modelo de cultivo que en el caso del supermercado. Tras la fase de cultivo en el campo, tiene lugar la preparación del pedido en CrowdLog*, nuestro centro logístico de Valencia (España). El transporte consiste en el traslado de las naranjas desde la granja a CrowdLog, la exportación a Alemania hasta llegar al punto de cambio de transporte en Speyer, desde donde se entregan los productos a los destinos finales, en este caso al domicilio del CrowdFarmer (consumidor) en Berlín.

En el caso de CrowdFarming, el proceso de cosecha y el trayecto del producto hasta el hogar del CrowdFarmer comienza solo cuando un CrowdFarmer hace un pedido.  El agricultor que vende en CrowdFarming cosecha a demanda, lo que significa que las naranjas en CrowdFarming esperan en el árbol – no en cámaras de refrigeración. De esta manera, un producto en CrowdFarming  tardará unos 5,5 días de media en llegar a tu casa desde que estaba en el árbol, en contraste con el modelo de los supermercados, donde las naranjas pueden llegar a pasar hasta 2 meses en cámaras de refrigeración. En el caso de los supermercados tendríamos que sumar, además, el tiempo que tarda el producto en recorrer el trayecto desde Valencia a Berlín y el tiempo de espera en otros almacenes y lineales del supermercado.



*Sólo las granjas cercanas a la región de CrowdLog pasan por este centro logístico. Para más información sobre CrowdLog, consulte nuestro Informe de Impacto 2022.

Huella de carbono

Figura 2. ACV (Análisis de Ciclo de Vida)  y huella de carbono de una naranja a través del modelo de la cadena de suministro del supermercado y el modelo CrowdFarming.


La huella de carbono (figura 2) se refiere a la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos durante la producción y distribución de un producto, y es un indicador clave del impacto medioambiental de una empresa.

Podemos ver que los datos de emisiones de CO₂ en el caso de CrowdFarming equivalen a 0,74 kg de CO₂ emitidos a lo largo de toda la cadena de suministro; un 22% menos que los 0,95 kg de CO₂ emitidos en la cadena de suministro del supermercado.


En ambos casos, el transporte representa más de la mitad de las emisiones totales, seguido de la agricultura, a la que sigue de cerca el envasado sólo en el escenario de CrowdFarming. Centrémonos en lo que ocurre en estas tres etapas y en cómo se comparan los dos escenarios.


Cultivo 

Para la comparativa, hemos usado en ambos casos la huella de carbono media de 1 kg de naranjas ecológicas cultivadas en Valencia, siendo lo más conservadores posible en la comparativa. Sin embargo, hemos investigado la huella de carbono de la fase de producción en una de las fincas que venden a través de CrowdFarming. Las emisiones en este caso fueron considerablemente inferiores a la media: 0,04 kg de CO₂ por kg de naranjas frente a 0,14 kg de CO₂ por kg de naranjas en una explotación ecológica media. Esto puede relacionarse con dos factores principales, la menor cantidad de insumos utilizados en el caso de la finca de CrowdFarming y una producción por hectárea superior a la media. 

La productividad de la finca de CrowdFarming estudiada es de 30 toneladas por hectárea, mientras que otros estudios hablan de una productividad de 22-24  toneladas por hectárea. 

Este aumento de la productividad en el caso de la finca estudiada con CrowdFarming puede deberse a ciertas dinámicas que son evitadas gracias al modelo de venta directa.  CrowdFarming evita situaciones como los bajos precios del producto en origen (los que se le pagan al agricultor) o grandes fluctuaciones en la demanda, que pueden hacer que los agricultores dejen parte de sus cultivos sin cosechar.  Esa fruta no recolectada no se contabiliza como desperdicio alimentario y solo se refleja en una disminución del volumen total de producción.

Aunque los resultados obtenidos en la finca de CrowdFarming donde se recolectaron datos fueron muy buenos – o precisamente por eso – se decidió utilizar datos de una finca ecológica estándar como modelo en el estudio en ambos escenarios. De esta manera, se evita asumir que el resto de las fincas de los agricultores de CrowdFarming presentan las mismas condiciones específicas. Además, al usar datos de una finca ecológica estándar en ambos escenarios, se pueden medir de manera más precisa las diferencias entre la cadena de suministro del supermercado y la de CrowdFarming, sin permitir que el tipo de cultivo influya en los resultados.

Transporte de la granja a la mesa 

El transporte —incluyendo la última milla— es el factor que más influye en la huella de carbono de las naranjas, representando alrededor del 70% de la huella total. Esto se debe principalmente a las largas distancias que recorren las naranjas valencianas hasta llegar a Berlín. 

A pesar de que el transporte es un factor relevante en ambos escenarios, hemos comprobado que los esfuerzos de CrowdFarming en pro de la eficiencia dan como resultado una reducción del 22% de las emisiones producidas con respecto al modelo de los supermercados. Esta reducción de emisiones está directamente relacionada tanto con la alta ocupación de los camiones que se encargan de transportar el producto —los cuales viajaron de media al 93% de su capacidad durante 2022—, como con la reducción del desperdicio de alimentos durante la cadena de suministro. El desperdicio de alimentos que observamos en el escenario de los supermercados se traduce en una mayor cantidad de recursos empleados en la producción y transporte de unas naranjas que acabarán en la basura.

Además de estos factores que hemos tenido en cuenta para la eficiencia del modelo de CrowdFarming, se llevan a cabo otras iniciativas adicionales para reducir la huella de carbono de nuestros envíos. En primer lugar, empresas como Trucksters permiten un movimiento constante del producto a través de relevos de conductores, lo que reduce significativamente el tiempo que las naranjas permanecen refrigeradas en los camiones que las transportan. También se buscan transportistas de última milla que ofrezcan alternativas sostenibles, como por ejemplo la entrega en eléctrico. Por último, y como último recurso, se paga un precio extra para compensar la huella de carbono. En total, el 65% de los envíos de última milla de CrowdFarming se compensan.Cabe resaltar que estas medidas adicionales de reducción y compensación no se han incluido en nuestros cálculos del trayecto de 1 kg de naranjas.



Embalaje

En el caso de la cadena de suministro de los supermercados, solo se han tenido en cuenta los envases utilizados para enviar grandes volúmenes de producto al supermercado, y no aquellos envases utilizados para vender el producto al consumidor. Nos referimos a aquellos envases que podemos ver entre los lineales del supermercado, como las mallas de plástico o bolsas de cítricos —que podrían aumentar la huella de carbono por encima del 8%. No solo esto, también hemos querido ser conservadores al calcular la huella de carbono de los envases utilizados por CrowdFarming considerando uno de los  formatos menos eficientes que ofrece nuestro modelo -5 kg en vez de formatos de 10 o 15 kg —, ya que transportar volúmenes más pequeños aumenta la proporción de envases utilizados por kilo de producto.

Además, en CrowdFarming animamos a los agricultores a evitar el uso de plásticos para envasar los productos, salvo en los casos en los que comprometa la seguridad alimentaria. En el caso de las naranjas, solo se emplean materiales compostables, es decir, cartón.

Figura 3. Porcentaje de residuos alimentarios generados en la producción de 25 naranjas a lo largo de la cadena de suministro del supermercado (en marrón; 5,5 de 25 naranjas, 22% del total), y el modelo CrowdFarming (en verde; 0,25 de 25 naranjas, 3% del total).


El desperdicio de alimentos contribuye significativamente al cambio climático, siendo responsable de aproximadamente entre el 8 y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, lo que equivale a las emisiones generadas por todo el sector del transporte.

En este sentido, hemos descubierto que, en la cadena de suministro de los supermercados, por cada 100 kg que llegan a los hogares de los consumidores, se producen 30 más que se desperdician antes de llegar a su destino final. Por el contrario, en el escenario de CrowdFarming, se desperdiciarían menos de 3 kg de naranjas por cuestiones de seguridad alimentaria (por ejemplo, producto podrido) por cada 100 kg que llegan a los hogares de los consumidores.

Cuando se desperdician alimentos, se desperdician también todos los recursos utilizados para producirlos, incluidos el agua, la energía, la tierra y los fertilizantes. Además, los residuos resultantes generan grandes cantidades de gases de efecto invernadero al descomponerse en vertederos, más aún cuando se trata de residuos alimentarios. Dado que nos centramos en el impacto medioambiental, no entraremos en el enorme impacto social y económico que tiene el desperdicio de alimentos a nivel mundial, aunque cabe imaginar que este asunto es inmensamente relevante si pretendemos crear una cadena de suministro que no solo sea sostenible, sino también justa.


Este estudio nos ha servido para probar la hipótesis en la que se basa gran parte del modelo de CrowdFarming: presentamos una alternativa a la forma en que tradicionalmente se hacen las cosas en los supermercados, reduciendo el desperdicio de alimentos y la huella de carbono. Además, ha servido para centrar nuestra atención en aquellos aspectos que debemos mejorar: apoyar a los agricultores para que vayan más allá de lo ecológico, encontrar formas alternativas de transporte y envasado y concienciar a los consumidores sobre el impacto de cada una de sus acciones. Para terminar, creemos que esta experiencia ha aumentado aún más si cabe nuestra sed de conocimiento, transparencia y autocrítica.

Fran es Impact & Sustainability Analyst en CrowdFarming y graduado en Biología por la Universidad Autónoma de Madrid, dónde se especializó en fisiología vegetal y bioinformática. Desde entonces se ha dedicado a buscar formas innovadoras de mejorar la agricultura sostenible haciéndola más accesible para todos y reduciendo su impacto mediambiental.

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