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Es un mundo sin semillas: la controversia en torno a la fruta sin semillas

Las frutas sin semillas están por todas partes, desde las uvas hasta las sandías, los pepinos y las naranjas. Si bien es cierto que pueden deberse a las acciones humanas, también es algo que se da en la naturaleza. A menudo se debe a la combinación de ambas cosas.

¿Por qué algunas frutas no tienen semillas?

Las frutas sin semilla son el resultado de un proceso natural llamado partenocarpia por el que se desarrollan sin la fertilización del óvulo (lo que normalmente forma las semillas). Esto ocurre naturalmente en algunas plantas, pero los agricultores también pueden fomentarlo a través de diferentes técnicas. Contrariamente a lo que se suele pensar, la mayoría de las frutas sin semillas no son organismos genéticamente modificados (OGM). La fruta sin semillas lleva cultivándose desde mucho antes de que la ingeniería genética entrara en juego, utilizando técnicas de reproducción naturales. 

Algunos métodos permiten producir frutos sin semillas. Por ejemplo, algunas variedades de plantas son naturalmente autoestériles. Piensa en la piña: si cultivas una variedad aislándola de otras plantas compatibles, dará frutos sin semillas. Otras veces, los agricultores pueden usar técnicas como la de los árboles de cítricos en red para evitar la polinización, lo que también da lugar a frutos sin semillas. Incluso en los casos en los que se produce la polinización, es posible que las trazas de las semillas no se desarrollen por completo, lo que nos deja con las variedades «medio sin semillas», como las semillas blancas que a veces se ven en las sandías.

¿Las frutas sin semillas pueden ser ecológicas?

¡Sí! Las frutas sin semillas pueden ser absolutamente ecológicas. La falta de semillas es un rasgo biológico que no entra intrínsecamente en conflicto con los principios de la agricultura ecológica. La agricultura ecológica se centra en el uso de procesos naturales sin OMG y en evitar los productos químicos sintéticos, algo que se aplica tanto si la fruta tiene semillas como si no.

Muchas frutas sin semillas se cultivan siguiendo técnicas de cultivo tradicionales. Dado que la producción de frutas sin semillas no suele requerir ninguna modificación genética o intervención química, encaja cómodamente dentro de los parámetros de la agricultura ecológica. Sin embargo, como las plantas sin semillas a menudo no se pueden reproducir por medio de las semillas, por lo general se propagan a través de injertos o esquejes, una práctica común de la agricultura ecológica. Esto permite a los agricultores seguir cultivando variedades sin semillas sin depender de métodos no orgánicos. Los injertos son una técnica hortícola mediante la que los tejidos de las plantas se unen para que sigan creciendo juntos.

¿Las frutas sin semillas son sostenibles?

Hay quien argumenta que las plantas sin semillas, al ser incapaces de reproducirse sin la intervención humana, son menos sostenibles o «naturales». Sin embargo, desde un punto de vista práctico, los agricultores llevan generaciones propagando con éxito frutas sin semillas. Técnicas como la del injerto les permiten mantener la diversidad genética de sus cultivos y reducir la necesidad de pesticidas u otros insumos nocivos. Por lo tanto, aunque las frutas sin semillas pueden requerir un cultivo más manual, sí que se pueden cultivar de forma sostenible. 

Elegir frutas sin semillas no significa comprometer la sostenibilidad. De hecho, pueden desempeñar un papel fundamental en las prácticas agrícolas eficientes, particularmente en las áreas en las que ciertas plagas o condiciones de crecimiento hagan que los frutos con semillas sean más vulnerables.

¿Quién está impulsando la producción de frutas sin semillas?

Las frutas sin semillas se producen en gran medida porque los consumidores las prefieren por su conveniencia. A lo largo de los años, esta demanda de conveniencia ha hecho que los agricultores y los productores se centren en cultivar más opciones sin semillas para satisfacer las preferencias de los clientes.

A medida que los consumidores buscan cada vez más opciones rápidas y fáciles de comer, las frutas sin semillas se han convertido en un producto básico en los mercados de todo el mundo. Esta demanda crea un ciclo en el que se anima a los agricultores a cultivar estas variedades para seguir siendo competitivos y cumplir las expectativas del mercado. De hecho, algunos tipos de frutas, como las uvas sin semillas, son tan populares que sería incluso raro encontrar sus contrapartes con semillas.

Además, las frutas sin semillas se suelen preferir porque duran más. Como no desperdician energía desarrollando semillas, pueden permanecer más frescas por más tiempo, otra ventaja tanto para los minoristas como para los consumidores.

Así que, en resumen, la demanda de los consumidores es un factor importante detrás de la producción de frutas sin semillas. Los agricultores responden a esa demanda cultivando variedades sin semillas.

Una nota de un agricultor (y cofundador de CrowdFarming) sobre nuestras propias variedades sin semillas

«Nuestras uvas provienen de una selección natural que no tiene nada que ver con los OGM. Son variedades producidas naturalmente. 

El polen de una variedad fertiliza el ovario de otra, por lo que el resultado es diferente al de las plantas progenitoras. Lo que se hace es sembrar estas semillas y observar qué fruto producen. Cada semilla produce una planta diferente, aunque las diferencias sean mínimas, y a veces aparecen características especiales, como no tener semillas o tenerlas muy pequeñas. 

En lo que respecta al valor nutricional de las semillas, estas son la parte menos nutritiva del fruto, ya que suelen contener hormonas vegetales, para iniciar el desarrollo de la nueva planta, y almidón, que es una de las reservas alimenticias habituales en las plantas. Además, están preparadas para pasar por el intestino de las aves y los mamíferos sin descomponerse ni liberar sus reservas. 

La pulpa contiene nutrientes que los animales pueden asimilar. Es lo que nos comemos y lo que la naturaleza nos ha preparado para que nos lo comamos y esparzamos las semillas».

Gonzalo Úrculo, agricultor y cofundador de CrowdFarming

Conclusión

Las frutas sin semillas suelen ser el producto de una serie de procesos naturales que pueden ser tanto ecológicos como sostenibles. Se producen a través de diversos métodos, desde la prevención de la polinización hasta el uso de variedades vegetales específicas, y ninguno de ellos requiere modificación genética alguna. Con prácticas agrícolas ecológicas y sostenibles, las frutas sin semillas pueden seguir prosperando sin sacrificar la salud del medioambiente.

Emilia Aguirre

Emilia is a logistics and sustainability fan. She is always aspiring to find innovative and sustainable solutions to create a fairer agri-food industry. She is also an adventure lover and enjoys travelling (mainly to try new food!).

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