Junto con la inminente celebración del Día de la Pasta, Europa se prepara para las cada vez más cercanas celebraciones de final de año, y lo hace no solo a través su patrimonio culinario, sino también con la riqueza biológica que subyace en las variedades autóctonas de cereales y granos utilizados en la fabricación de pasta. El tagliatelle italiano, por ejemplo, tradicionalmente se elabora con trigos antiguos que han crecido en la península italiana y las isla de Sicilia desde tiempos inmemoriales, justo como lo hace nuestro agricultor Nicola. Las crozets francesas o el spaetzle y otras pastas alemanas como las de nuestra productora Ulrike también surgen de variedades de cereales locales, que son el resultado de siglos de adaptación al clima y suelo específicos de sus regiones.
Preservar estas variedades autóctonas es necesario no solo para mantener la diversidad biológica, sino también para proteger la resistencia y resiliencia de nuestros sistemas agrícolas frente a enfermedades, plagas y cambios climáticos. Además, cada variedad posee un perfil de sabor único, que se traduce en la riqueza gastronómica de las pastas de nuestros productores.

En este marco festivo, también nos preparamos para Halloween, otra celebración que, aunque ampliamente asociada con Estados Unidos, tiene raíces profundas en el continente europeo. Países como Alemania exponen con orgullo sus calabazas en coloridas ferias, mientras que en Italia, la calabaza adorna platos de pasta y risottos, fusionando dos celebraciones en una. Para conmemorar ambos eventos, nuestros productores de calabazas como Sönke y Pierre se une a los de pasta, dando lugar a una receta que fusiona la tradicional pasta europea con la cremosidad de la calabaza, realzada con el toque umami de la salsa soja y el dulce contraste de la miel. ¡Que aproveche!
Ingredientes (para 4 personas):
- 1/2 calabaza ecológica (700 g)
- 2 cebollas
- 2 cucharadas de mascarpone
- 50 g de queso parmesano
- 300 g de espaguetis
- 2 cucharadas de miel
- 1 cucharada de salsa de soja
- unas ramitas de perejil
- aceite de oliva
Pasos:
- Lava bien la calabaza (utilizaremos la piel en esta receta, ya que la calabaza es BIO), luego córtala en dados grandes. Si vas a utilizar la mitad de la calabaza con semillas, lávalas con agua limpia y reservarlas (ver consejo para la receta).
- Pela y pica finamente las cebollas.
- Ralla el parmesano y reservalo.
- En una cazuela (u olla a presión) a fuego fuerte, añade un buen chorro de aceite de oliva. A continuación, añade el equivalente a una cebolla y los dados de calabaza. Sofríe durante 5 minutos, removiendo de vez en cuando. Añade agua hasta el nivel de las verduras, sal y pimienta y tápalo. Si utilizas una olla holandesa, cocina durante 20 minutos (o 10 minutos en una olla a presión) hasta que la calabaza esté tierna.
- Mientras se cuece la calabaza, echa un buen chorro de aceite de oliva en una sartén a fuego medio. Añade la cebolla restante y rehoga durante 5 minutos. Añade la salsa de soja y la miel, y rehoga otros 5 minutos, hasta que la cebolla esté caramelizada.
- Una vez cocida la calabaza, retira dos cucharones del caldo de la cazuela y resérvalos.
- Añade el mascarpone y 2/3 del parmesano al caldo. Bate hasta obtener la textura de una salsa cremosa. Si la salsa queda demasiado espesa, se puede añadir un poco de caldo.
- Cuece la pasta como se indica en el paquete.
- Sirve en los platos la salsa de crema de calabaza, una porción de pasta, el parmesano rallado, un poco de cebolla caramelizada y unas hojas de perejil.
Consejo: no tires las pipas de calabaza, son perfectas para el aperitivo. Para ello, precalienta el horno a 160°C. En un bol, añade las pipas de calabaza, un chorrito de aceite de oliva y las especias de tu elección. Mételas en el horno unos diez minutos y ¡a disfrutar!

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